
Crecida en la favela de Vidigal, en Río de Janeiro, Natasha vendió su cabello de 1,6 metros, por 1.200 euros y recibió otros 2.500 euros en concepto de donación de personas anónimas. Con su dinero pretende dar una vida mejor a su familia, ayudando así a su madre a construir una nueva casa.
La chica, contó que tardaba cuatro horas en lavar su larga cabellera y sólo para peinarla ocupaba una hora y media. Todo esto, le hacía la vida imposible. Ahora luce una melena de 40 cm, lo que le ha dado una nueva vida
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